"Uno más del montón"
Hoy es un nuevo día, muy bello por cierto, soleado, con dulces ráfagas de viento que rozan la piel, y mientras tanto, yo sigo dentro de mi cuarto, observando tras la ventana, viendo cómo pasa el tiempo, en las tan cambiantes caras de lo que me rodean, viendo como sus vidas florecen al lado de sus seres queridos, y yo, aquí, pensante he ido, me sonrió a mí mismo, liberando un pequeño suspiro, al recordar todo lo que he vivido. Pienso en el hubiera, y que es lo que pasaría si las cosas no fuesen como lo son, si mis decisiones no hubieran sido las que fueron, si mis actitudes no hubieran sido las mismas.
El error más grande de mi vida, fue el que cometí aquel día, jamás debí confiar en él, en ella, no lo recuerdo bien, pero estoy seguro de que mi decisión no fue la correcta, en ese instante no era yo, en ese instante, solo era otro más del montón, queriendo aparentar lo que no soy, mostrándome tan valiente como los demás, “yo te lo puedo demostrar” dije, con una sonrisa falsa, pues en mi cabeza pasaban imágenes de las posibles consecuencias. Dentro de mí, algo no quería hacerlo, me confié y por eso lo afirme. Pero todo tiene un motivo y una explicación, y aunque mi motivo no fuese el suficiente, en ese momento si lo era, ella era la chica más hermosa que nunca antes había conocido, pero ella no iba sola, iba acompañada de un tipo algo bandolero, rudo, la sonrisa en su cara mostraba que a ella le gustaban las emociones fuertes, ese fue mi motivo, y la explicación, querer ganar su corazón.
Un corazón, que tal vez y nunca pudo ser mío, un corazón que inclusive ganando no me pertenecería, pero no puedo dejar de verla, ella me sonríe, coquetea, y yo más del montón me vuelvo, en alcohol me impregno, para alejar el temor, y armarme de valor, “De estupidez” dijo mi hermana, “No lo hagas”, me imploro, con su cara llena de preocupación, desesperada estaba, pero yo no la escucho, ni atención le pongo, en otro del montón me convierto, otro incapaz de aceptarse como es, incapaz de establecer sus límites, incapaz de aceptar un no, incapaz de detenerse, a pesar de que alguien que lo ama se lo pide.
Ella siempre estuvo en mi vida, siempre me acompaño a todos lados, siempre izo de mi vida algo mejor, la lleno de risas, de alegría, siempre fue mi gran motivación, las ganas de seguir en esta vida. Después de la muerte de nuestros padres yo era su único refugio, y ella lo era para mí. Por lo mismo, no entiendo como pude hacerlo, me arrepiento tanto, pero ya no existe una la vuelta a atrás, tome mi decisión y aunque por dentro sentía que tenía que escucharla, lo que me izo del montón no pensaba lo mismo, por mi egoísmo, por mi vanidad, lo eche todo a perder.
Su novio, noto como la miraba, de los pies a la cabeza, y mientras más lo hacia el mas la besa, me está retando, el me está provocando, algarea mostrando fotos de su participación en competencias, “valga, eso hasta yo lo puedo hacer” dije, el molesto volteo, y me reta diciendo “de acuerdo, demuéstramelo, una carrera ida y vuelta hasta el final de la calle”, yo acepto sin pensarlo, pues el mismo ya no soy, y aunque mi hermana seguía presente, rogando por qué no lo hiciera, yo lo hice, prepare el choche, mis amigos me ayudaban, y ánimos me daban, “ no los ocupo“ algareaba, mientras con la mirada a la chica coqueteaba, pero hoy pienso, en que si hubiera observado mas a detalle su mirada, hubiera notado, que ella me odiaba por lo que provocaba, algo que yo no sabía, era que su novio ya hace tiempo sufrió un accidente, en el cual casi pierde la vida, y que desde entonces no competía.
Sin embargo no lo hice, y de eso hoy me arrepiento, pues al estar ya todo listo, y la carrera comenzar, no me percate de lo que debió ser más importante para mí, mi hermana, no me percate de que no me fue a desearme suerte, no me di cuenta de donde estaba, de adonde se había marchado, después de que ella me estuvo rogando por no hacerlo, se encerró en el carro de mi amigo, quería dormir un rato, esperaba que esa locura se me pasara al preocuparme por no verla, pero en ese instante mi mente no estaba con ella, no estaba como debió haberlo estado, mi mayor prioridad paso a ya no serlo, y todo por una obsesión, sin razón.
La mayor razón de querer vivir, estaba dormida en el carro que me prestaron para competir, y de eso yo no me di cuenta, no me di cuenta ni cuando empezó la carrera, la emoción me tenia dominado, yo quería ganar pasara lo que pasara, pero él pensaba lo mismo, y por ello me empezó a embestir, y yo a él, mientras tanto los demás se preocuparon, pero empezado todo ya era tarde para intentar pararlo, cuando llegábamos al final de la calle, la vuelta ambos tratamos de dar, pero por el poco espacio que había, ambos nos estampamos, y los carros salieron volando.
Al despertar, estaba en un hospital, y mis amigos vestidos de negro, eso yo no lo comprendo, me pregunto ¿será que él ha muerto?, pero no es eso, me dicen, mi amigo, se acerca y me comienza a insultar, y golpear pero, lo detienen, el no para de llorar, de hecho nadie para de hacerlo, les pregunto qué cuanto tiempo llevo dormido, y me dicen que son tres días, todos se ven a los ojos unos con otros, y me siento nervioso, mi tía se acerca, se lo que dirá, que estoy loco, que en que estaba pensando; de pronto me sorprende su reacción se quiebra en llanto, y mi tío la saca del cuarto.
Entonces se acerca mi amigo, ya más calmado, y me da una noticia que me hace sentir un imbécil, me han dado la peor noticia de mi vida, ya nunca podre hacer lo que solía, he quedado dañado de mi columna y ya no podre caminar, rompo en llanto, no lo pudo creer, me lamento por todo lo sucedido, “¿Dónde está mi hermana?” es la pregunta que a todos hace llorar, “la necesito a mi lado” grito, quiero verla, pero nadie sabe decirme, ha de estar rezando, pidiendo por mí, como siempre lo suele hacer, en ese momento su amiga, me mira y llorando me dice, “sea ido”, ¿A dónde? Pregunto, llorando me responde, ella ha muerto, pero, pero, pero ¿Cómo?, ¿Qué fue lo que paso?, no lo entiendo, estoy llorando, y algo en mi pecho me lastima, algo en el pecho me dice que yo soy el culpable de todos esto, mi amigo se acerca y me explica, ¿sabes porque sobreviviste tu y él?, pero eso ¿Qué tiene de relevancia en esto?, mucha, me responde, puesto que en el carro no ibas solo tú, sino también iba tu hermana, dormida en el asiento trasero, tú quedaste inconsciente, pero ella aun siguió con vida, tu por tu cinturón sobreviviste, pero las piernas te quedaron atrapadas con el tablero, ella salió volando por la ventana, y cuando nos acercamos, no dijo otra cosa que no fuera, “ ¿y mi hermano?, ¿el está bien?, díganle que lo amo, que yo estaré bien, que trate de detenerlo, que no fue su culpa, que yo hice que el perdiera el control.
Es en ese momento cuando recuerdo, que cuando estuve a punto de dar la vuelta ella quiso detenerme, frenando tan de repente, ocasionando que auto se volcara. Y sin embargo, aun me siento culpable de esta tragedia, y lo soy, porque si no me hubiera convertido en otro del montón, ella seguiría aquí, conmigo, sonriendo, haciéndome tan feliz, la extraño, y lo peor de todo es que no me pude despedir, un día antes de que despertara la habían enterrado. Y enterrado es como hoy me siento, es como hoy vivo, como un muerto, viendo al mundo girar, cambiar, todo tras de mi ventana, por eso pienso en el hubiera, y que es lo que pasaría si las cosas no fuesen como lo son, si mis decisiones no hubieran sido las que fueron, si mis actitudes no hubieran sido las mismas. Todo sería diferente. Pero lamentablemente el hubiera NO EXISTE.
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